Andanzas en motocicleta.

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Hoy relatarè nuestras andanzas en motocicleta.

Sábado, muy temprano, en silencio sacamos las motos, dos Suzukis, una TS185 y una DR 200, dos conceptos distintos y cada uno ampliamente disfrutable. Aún medio dormidos y enfundados con todo el equipo de protección disponible, arrancamos de la industriosa ciudad de León en el bello estado de Guanajuato, México. Nos fuimos campo traviesa por unos cerros que ofrecen muy buenas veredas con subidas, bajadas y curvas para probar las motos, conforme avanzamos la tierra adquiere tonalidades muy diversas, la DR se muestra estable, tranquila, con mucho torque, mientras que el sonido y la respuesta de la briosa TS te pide abrir el acelerador incluso en las curvas, pues de un acelerón se endereza para salir, -¡Agárrate bien o en un descuido te tira!- dice Edgar.

Llegamos a Guanajuatito, una ranchería donde el único comercio es un puesto de quesadillas, sopes y café. Desayunamos y reiniciamos el trayecto, ya sobre pavimento, a la Sierra de Lobos, una importante reserva ecológica al norte de la ciudad de León, se distingue porque ofrece vistas maravillosas, riscos y represas que permiten disfrutar de variadas actividades al aire libre como la pesca, los paseos o el campismo. Las motos ronronean como gatitos, la TS más furiosa que la DR, nos llevan por la sinuosa ruta curva tras curva

Regresando a León aprovechamos para echar un arrancón, nos sorprendió que se fueron muy parejas, creímos que el dos tiempos de la TS dejaría atrás a la DR, cuando menos en los primeros metros, pero no fue así. Luego nos dispusimos a disfrutar de los deliciosos platillos que nos ofrecen nuestros amigos de Pichuy, un molcajete de camarones, un filete relleno y unas micheladas, el apetito está a la par de los ricos alimentos y la atención es excelente.

Por la noche preparamos las motos y nos retiramos satisfechos a descansar, para el domingo, antes de las 7 de la mañana arrancarnos.

En pleno camino nos encontramos rodando en medio de la neblina rumbo a Cañada de Negros, una ex hacienda del siglo XVII, que lleva su nombre por los esclavos africanos traídos para trabajar en ella, se ubica a 28 kms. al suroeste de León. Restaurada y convertida en hotel y centro de convenciones, rememora el encanto de la provincia guanajuatense con su tradicional cultura e historia.

 

Más tarde y después de unos ricos tacos de carnitas, emprendemos el camino cruzando hacia el Estado de Jalisco, las Suzukis no se quejan, aunque sus motores funcionan a altas temperaturas, se extraña que tengan una sexta velocidad, más si consideramos que cada una lleva exceso de peso, la DR con cerca de 200 kilos arriba, a pesar de ello vamos a unos respetables 110 km/h.

Llegamos a San Juliàn, en la región altos sur de Jalisco, donde aprovechamos la salida de misa para apreciar el desfile de bellas mujeres que dan fama a la región. De su gastronomía destaca la birria, el pozole, los tamales y los tacos; de sus dulces la cajeta; y de sus bebidas el tequila, el pulque y el aguamiel.

Partimos rumbo a León, las fieles motos nos permiten sostener un buen paso incluso en las pendientes, claro está sin pretender demasiado, pues tienen sus limitaciones. La ligereza de ambos modelos nos permite viajar cómodamente y sin problema tanto en ciudad, donde son muy ágiles, como en carretera, donde se muestran sólidas y confiables.

 

Ya de regreso en León, en su bello e histórico centro, comimos unos muy picosos dorilocos, unas ricas guacamayas, unas cebadinas y para terminar unos deliciosos helados.

¡La vida se hizo para vivirla, y este fin de semana no desperdiciamos ni un momento! Amigos, que su camino esté despejado y que rueden con mente fría y viento a favor. ¡Cuídense y hasta la próxima!.